Las soft skills tomarán el mando en las contrataciones de 2026

España, diciembre de 2025

El mercado laboral avanza hacia un cambio estructural que, según las previsiones, se consolidará en 2026. Las soft skills, la adaptación a la cultura de la empresa y el bienestar laboral pesarán más que la experiencia acumulada en un mismo puesto. Así lo indica Steelter, plataforma especializada en el análisis de talento y competencias transversales, que anticipa un nuevo modelo de empleabilidad centrado en la persona, más allá de su trayectoria técnica.

Este giro responde a una tendencia que se ha intensificado en los últimos años. Los profesionales ya no buscan únicamente un contrato estable, sino una relación laboral que encaje con sus valores, sus expectativas y su forma de trabajar. La motivación, la capacidad de aprender de manera continua y la adaptación al entorno se convierten en factores decisivos para mantener la empleabilidad real en un mercado que cambia más rápido que nunca.

Los análisis recientes del SEPE y LinkedIn confirman que los perfiles más demandados en 2026 se concentrarán en áreas como la tecnología, la digitalización, la sostenibilidad, la logística, la gestión administrativa y la atención sociosanitaria. Pero, más allá de la especialidad, existe una tendencia transversal: más del 70% de los trabajadores prioriza las oportunidades de desarrollo por encima de la remuneración. Este dato refleja la creciente importancia de las soft skills y del aprendizaje constante como motores de crecimiento profesional.

La aceleración tecnológica, la automatización y la reconfiguración de los modelos organizativos obligan a las empresas a revisar sus criterios de selección. La experiencia técnica sigue siendo valiosa, pero ya no garantiza por sí sola la empleabilidad. Competencias como la comunicación, la adaptabilidad, la gestión emocional, la colaboración y la rapidez para aprender se están convirtiendo en elementos diferenciales en los procesos de contratación y promoción interna.

“La experiencia profesional tiene valor, pero lo que marca la diferencia es cómo una persona se adapta, colabora y evoluciona”, señala José Luis Marcó, fundador y presidente no ejecutivo de Steelter. A su juicio, el reto actual no es solo contratar talento, sino evitar perderlo por falta de desarrollo o por un encaje cultural deficiente con la organización.

Hasta ahora, las soft skills eran percibidas como un componente intangible y difícil de evaluar, lo que limitaba su impacto en las decisiones de contratación. Steelter sostiene que esta situación cambiará de forma definitiva en 2026. La compañía ha desarrollado un modelo basado en inteligencia artificial, evaluaciones psicométricas y análisis de datos humanos reales que permite medir de manera objetiva cómo trabaja una persona, cómo la percibe su entorno y qué áreas de mejora presenta. Este sistema analiza 26 soft skills agrupadas en competencias, actitudes y valores, lo que, aseguran, ayuda a las empresas a construir equipos más equilibrados, mejorar el encaje cultural y reducir la rotación.

La transición hacia este nuevo paradigma laboral se está acelerando conforme aumenta la competencia por el talento y se consolidan modelos de trabajo más flexibles. El bienestar y la cultura organizativa pasan a ocupar un lugar central en las estrategias de atracción y retención. Las empresas que no adapten sus métodos de evaluación y desarrollo podrían enfrentarse a mayores dificultades para captar perfiles clave.

El escenario que se perfila para 2026 apunta a un mercado laboral más humano, en el que la experiencia acumulada dejará de ser la referencia principal. En su lugar, ganarán protagonismo el potencial, la capacidad de aprendizaje y el encaje con la cultura de la empresa. Para los profesionales, esto implica adoptar una actitud activa de formación continua. Para las organizaciones, supone diseñar sistemas coherentes de desarrollo y bienestar que respondan a las expectativas del nuevo talento.

Todo indica que 2026 marcará un punto de inflexión: un mercado laboral más consciente, más orientado al bienestar y más basado en datos reales, donde las soft skills dejarán de ser un complemento para convertirse en el núcleo del empleo del futuro.

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