Pago por uso, una nueva estrategia para competir en la economía verde

España, noviembre de 2025

La economía circular se ha consolidado como uno de los pilares de la transformación económica europea, pero su implantación en España avanza a un ritmo insuficiente. Según datos de Eurostat (2024), la tasa de uso circular de materiales en nuestro país se situó en el 8,5% en 2023, lejos del 11,8% de media europea. Esta diferencia, según el análisis de EALDE Business School, refleja un desfase entre la ambición política y la acción técnica necesaria para hacer realidad los objetivos sostenibles.

Aunque España ha mejorado en la gestión de residuos, ha pasado a una reducción de los residuos urbanos por habitante desde los 653 kilos del año 2000 a los actuales 482, la tasa de reciclaje municipal (38,6%) sigue por debajo de la media europea (49%) y lejos del objetivo del 55% fijado por Bruselas para 2025. Para Sergi Simón, coordinador de los programas de Gestión de Riesgos y de Sostenibilidad en EALDE Business School, la clave está en acelerar la inversión en innovación y en nuevas infraestructuras. “La voluntad política existe, pero la escala técnica de actuación, es decir, la inversión en ecodiseño, en reciclaje o en modelos de negocio innovadores deben acelerarse. Hay relato, pero falta acción. Falta mucha acción”, advierte.

Frente a este escenario, surgen con fuerza modelos de negocio basados en el acceso en lugar de la propiedad, como el renting, el leasing o el pago por uso (pay-as-you-go). En ellos, el consumidor no adquiere el bien, sino el servicio que este proporciona. “Si una empresa mantiene la propiedad del producto, tiene un incentivo económico directo para que dure más, se repare y pueda reutilizarse. El consumo se convierte en un servicio de ciclo largo”, explica Simón. Este enfoque refleja la filosofía del capitalismo consciente, que propone un sistema en el que la rentabilidad y la sostenibilidad no son fuerzas opuestas, sino aliadas. “Las empresas ya no deben ver el residuo como un coste, sino como una oportunidad para generar valor. Extender la vida útil de los materiales es hoy una decisión estratégica”, añade el experto.

Sin embargo, la transición hacia este modelo se enfrenta a un poderoso adversario, el consumo digital impulsivo. La facturación del comercio electrónico en España superó los 95.000 millones de euros en 2024, con un crecimiento interanual del 13,1%, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Durante la semana del Black Friday, el gasto con tarjeta en comercios digitales alcanzó picos del 32% del total, y dos de cada tres consumidores manifestaron su intención de comprar, con un gasto medio de 200 euros.

Esta tendencia, advierte Simón, pone en jaque los principios de la economía circular. “La dinámica de compra rápida y continua refuerza el ciclo corto y debilita la cultura de la reparación y la reutilización. La conveniencia digital no debe estar reñida con la sostenibilidad, pero aún no hemos encontrado un equilibrio real entre ambos mundos”, señala.

El reto, según EALDE Business School, es construir un modelo híbrido que combine la agilidad del mundo digital con la sostenibilidad. Ese punto de encuentro ya se vislumbra en servicios como la suscripción de movilidad, el alquiler de moda o el leasing tecnológico, donde el pago por uso se adapta al entorno online. Para consolidar esta transición, España necesita avanzar en dos frentes complementarios: por un lado, una regulación eficaz, con incentivos al ecodiseño y la reparación que desincentive el modelo de “usar y tirar”; y, por otro, una innovación empresarial que incorpore la logística inversa, el mantenimiento y la reparación como parte esencial del valor añadido.

“Entender que la circularidad puede ser rentable no es tan evidente, y ahí la formación es clave. Necesitamos profesionales capaces de generar planes estratégicos solventes que combinen la agilidad digital con la sostenibilidad real”, concluye Simón.

El capitalismo consciente no busca frenar el consumo, sino redefinirlo. Se trata de integrar la comodidad y accesibilidad del entorno digital con la responsabilidad medioambiental, creando un sistema que funcione no solo para las empresas, sino también para la sociedad y el planeta. “Dejemos de darle más vueltas a lo evidente y empecemos a trabajar con cabeza, asignando recursos y sin pausa”, resume el experto.

© mas-ventas.com